Estos últimos dos días han sido perfectos, la baja en la temperatura y el no.color del día, dan cabida para que la pereza se apodere de mí, para que resurgan mis instintos más ternurosos, para que me llene de energía, para dejar un poco de lado las responsabilidades universitarias, para tomar libros de mi biblioteca y leer por placer y a libre elección...para bajar nuevos sonidos que van complementando mi soundtrack, desde la ternura, sabiduría y sentimientos más profundos de Drexler, hasta recuerdos de mi adolescencia, con la suavidad del rock de Morrisey...estos dos días me han servido para descubrir nuevas películas, muy malas y muy buenas como la de Julio Medem que siempre sorprende, de la mano esta vez de Lucía y el sexo, que hace tiempo ya que quería ver, para cocinar y hacer pizza, desde la masa y hasta llenarla de sabores y combinaciones de colores, de espera, una dulce espera de mi Mg para almorzar lo que con mis manos fabrico para él, es dulce esa sensación de crear cosas con las propias manos para darle algo a quién amas...
También han sido dos días para ordenar mis cuadernos, mis fotocopias, mis archivos del computador, mi vida política, para buscar trabajo, para dar cabida a la instrospección, para cautivarme denuevo con la vida, que entre tantos altos y bajos hacen que depronto quiera bajar los brazos y no levantarlos más, tirar la esponja, la toalla, y la casa por la ventana también...
Dos días nada más, para dormir harto, para comer rico, para mirarme y remirarme, para descubrirme, y que me descubran, para llenarme de inspiración y exhalarlo a través de mi narrativa...
para visitar aunque sea un ratito a las amigas, para retomar el contacto con Daniela y saber como crece y crece la Antonella, para saber noticias de la Negra que desde hace muuucho que no sé de ella, para ir retomando las fuerzas que había perdido, para recibir un fin de año y sea capaz de soportarlo y salir victoriosa de todas las pruebas, para hacer un monito como dijo mi Mg con todas las cosas malas del año y quemarle, para empezar a hacer rituales y proyectarse...
para regalonear con la familia, con la Merlina, para ponerme al día, ponerme bella y sonreirle a la vida, y reirme de ella y con ella de sus paradojas, de sus contradicciones, de sus sarcasmo, de sus burlas...
Ya no basta con llorar...
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