lunes, 28 de septiembre de 2009

Ahí vamos

Fue un fin de semana extremo, harta chimuchina y cosa loca por ahí....
Ahí mi vida, un poco de todo, necesitando y escapando de todo lo que me parece estable, de lo que quiere tomar un rumbo hacia algún lugar...conversando con Garrido en un break después de debatirle en la disputatio que de seguro me fue bien defendiendo a los anarcos, me recomendo un libro para lo que yo sentía, me dijo que tenía un problema geográfico, Escapismo de Yi Fu Tuan, asique cuando tenga menos que leer, lo buscaré, habla un poco de ese sentirse de nunguna parte, incómodo dónde se está...quizás este no es mi lugar...ni mi espacio, ni mi tiempo, y eso es más que un problema geográfico...

Hoy desperté temprano al fin, pero el frío no me permitió moverme de la cama hasta unos cuántos minutos, fui por mi desayuno me volví a acostar, mientras veía televisón, tratando de evadir a esa pregunta de mi cabeza que no puedo responder...cuando me entero que el hijo de Pedro Carcuro se ha suicidado de un décimo piso, medito un poco al respecto mientras se me apretaba la garganta y apenas podía tragar el pan, me acordaba de tooodas las incontables veces que he pensado en que esa es la solución...vivir sin ninguna expectativa, vivir "atormentado de sentido", vivir por los demás, sin tener muchas ganas en empeñarse en proyectos personales a veces hace replantearse que tan necesario es seguir consumiéndole el agua y el aire a los demás...por suerte, me dura un poco, quizás el no poder llorar me haga angustiarme más de lo necesario, antes al menos lloraba y después sentía más liviano el pecho. La solución es siempre la misma entusiasmarme con alguna estupidez...después de todo mi vida no es tan terrible, hago lo que quiero, no me estreso por nada, no peleo con nadie, nadie me da jugo, converso con quién se me viene en gana, salgo con quién me ofrezca, me cago de la risa todo el día, tengo un séquito de jotes que copan mi agenda, mi semblante está mejor, yo me siento más encendida, más valiente, hubo un tiempo que salía a la calle con miedo, que si me empujaban en el metro me ponía a llorar, que me sentía débil y vunerable, ya no, es más me gusta andar sola, siento que caminar con alguien me molesta a veces, por que prefiero mil veces andar con los audífonos en los odídos, sorprendiendome con detalles que si fuera concentrada conversando con alguien no notaría...

Quizás sea feliz, y no quiera aceptarlo...

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