Estoy en la casi mitad de mis vacaciones y nunca había estado tan lejos de mi ciudad...
Hace frío en Temuco, pero ya estoy arropadita y con un buen café, hace días que tenía ganas de escribir, tengo tanto por decir, he aprendido y conocido tantas cosas, que reflexionaba hace un rato que se están cumpliendo los objetivos trazados para estas semanas lejos del hogar, las conversaciones con Janina y su madre me han hecho planear nuevos desafíos y emprender proyectos o propuestas de proyectos que se relacionan con mi futuro y que puedo emprender en el presente...
La transculturación que se vive y respira en esta ciudad amplian mis horizontes de conocimiento, polacos, franceses, alemanes, un chileno que trabaja en Afganistán han ido nutriendo mis oídos de diversas historias...
Conocer más de los mapuches, pasear por la ciudad observando las cosas desde una perspectiva más histórica, aplicando mis conocimientos en el museo, visitando fiestas comunales, viendo especies de aves jamás vistas, apreciando todo desde mis ojos geográficos...los ratos de soledad, las meditaciones nocturnas...
Todo aporta a la construcción personal, al desarrollo de la mente, al enaltecimiento del espíritu...
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