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En el desarrollo de la historia, las celebraciones y culto se desarrollaban y se hacían para manifestar bienestar en sus tierra y vidas, los primeros cultos que más tarde se denominarían Carnaval fueron realizados antes de Cristo, en la agricultura, cuando los campesinos se congregaban en verano con los rostros enmascarados y los cuerpos enteramente pintados, alrededor de una hoguera, y así celebrar la fertilidad y productividad del suelo, y también lograr alejar a los espíritus maligno de la cosecha. La primera concentración carnavalesca se localiza en Egipto. Posteriormente la tradición alcanzó a Grecia alrededor del el siglo VI a. C. se encuentra una costumbre de pasear un barco con ruedas (carrus navalis) donde la población desarrollaban todo tipo de danza. Mientras que en Roma el carro era ofrecido a la diosa egipcia Isis, este desarrollo de carnavales estaban asociadas a fenómenos espirituales, astronómicos y a ciclos naturales, y se revelaban a través de expresiones como la danza, los cánticos, la sátira, las máscaras, y el desorden. En una sociedad con tantas discrepancias sociales, las fiestas reemplazaban la necesidad de libertad para todos. Ricos y pobres se combinaban durante el carnaval sin reconocerse como tal. Enseguida, el carnaval llega a todo el mundo y a medida que pasa el tiempo estos carnavales fueron perfilando sus características, variando si de las tradiciones o costumbres propias de cada país. Es así que las festividades fueron siendo parte del desarrollo histórico, es así como denota en la edad media, una época en donde se encuentran muchas manifestaciones de carnavales y celebraciones que perfilan la tradición y necesidad que tenía los habitan en la edad media.
Es así que nos adentramos al desarrollo de carnavales con dos personajes clásico de la literatura española, los cuales con tradición se han encargado de encender y dar vida a muchos carnavales que hasta el día de hoy perduran, nos referimos a don Carnal y doña Cuaresma la tradición de estos personajes viene desde la edad media en 1067 donde hay algunos registros literarios que avalan la importancia y tradición que conllevan estos personajes. La lucha entre Don Carnal y Doña Cuaresma, fue la respuesta que tuvo el cristianismo donde les dio la vuelta a las Lupercales y otras fiestas paganas que se acopiaron en el Carnaval cristianizado. Esto se dio mediado con el discurso sobre las virtudes del ayuno y la abstinencia de carne, el contenido del auto sacramental, los cuales se giraron a los contenidos de las antiguas fiestas de Carnaval, en donde nadie tuvo voluntad suficiente de suprimir, así manteniendo costumbres muy parecidas a como las había recibido de la cultura romana.
En la época medieval el carnaval y el ciclo pascual del cristianismo se apuntan en las fiestas y ritos de tránsito del invierno a la primavera, de resurrección de la naturaleza tras la coma invernal. Esta celebración es totalmente diferenciada de las del ciclo navideño, en donde se celebra el solsticio de invierno, y además posee otras características, a pesar de que los ritos y celebraciones se desarrollan de manera fácil de unas fiestas a otras, y de que determinadas celebraciones han tenido que experimentar cambios de manera frecuente en el calendario. Al cristianizarse las fiestas paganas del tránsito del invierno a la primavera, se produce una adaptación estacional coherente. Se mantienen la mayoría de costumbres. Los ritos que se desarrollan en el mes de febrero (mes que alude a la limpieza y purificación) se concentrarán en
Lo descrito con anterioridad nos ayuda a entender y perfilar el contexto tradicional que evoca la celebración del combate de Don Carnal Y Doña Cuaresma en la época, y en el significado de estos personajes como parte de la literatura que expreso Arcipreste de Hita en los pasajes del Libro de Buen Amor que se refieren a las celebraciones populares del ciclo pascual. Este en su novela expresa de manera total el desarrollo de la confrontación de Don Carnal Y Doña Cuaresma, este inspirado en el contexto anteriormente descrito. La historia de manera general comenzaba con Doña Cuaresma que enviaba dos cartas a don Carnal expresándole que en 7 días se reunirán para luchar debido al mal que hizo Don Carnal a Doña Cuaresma, donde será prácticamente imposible escapa o huir de la muerte o la prisión. Don Carnal se muestra valiente y en el momento que llega el día acordado, el fue acompañado de su ejército formado por: gallinas, perdices, conejos, gansos, vacas etc. blindados con ollas de cobre, calderas, sartenes. Mientras tanto Doña Cuaresma tardaba, Don Carnal y su ejército se dispuso a comer. Consumieron tanto que a estos le entro sueño y se estuvieron dormidos, pero los gallos, que se encontraban medio dormidos se despertaron debido a que escucharon un gran ruido. Era Doña Cuaresma que había aparecido luchar contra Don Carnal.
Comenzó la confrontación entre el ejército de Don Carnal y el ejército de Doña Cuaresma que estaba formado por peces. Lucharon un gran tiempo pero hasta que la ballena derribo a Don Carnal en la arena. Prácticamente todo su ejército estaba ya sometido, pero estos lucharon como podían, hasta que el ejército de Doña Cuaresma lograron someterlos y los ataron con unas cuerdas y se los llevaron a Doña Cuaresma para ver que hacían con ellos, al final esta los envía a la horca y mando a don Carnal ser su prisionero dándole al día un solo plato de alimento. El Domingo de Ramos logra escapar, al tiempo que doña Cuaresma desaparece. Y entonces don Carnal -en un pasaje en el que la sátira antieclesiástica se hace patente- es recibido con grandes honores por distintos representantes de la clerecía.
En el momento que se confronta con Doña Cuaresma, llega un fraile para confesar a don Carnal, y éste entrega sus pecados escrito en una carta cerrada., el fraile le dice que así no lo puede perdonar, que este tenía que confesar de viva voz. La confesión sólo se logra si se cree que hallarás salvación por la penitencia. Además, respecto a la disputa sobre si uno se impide los pecados con sólo arrepentirse, o es necesario también confesarse. Arcipreste al momento de escribir el capitulo referente a la confrontación de Don Carnal y Doña Cuaresma, opina que ante Dios, el arrepentimiento vale; pero ante
Finalmente Ganada la batalla, doña Cuaresma aplica su ley. El Miércoles de Ceniza, ordena limpiar las casas y que todos los cristianos reciban en su frente la cruz de ceniza, para acordarles que terminarán siendo ceniza igualmente, y persistan limpios. Don Carnal se va recobrando, y pide a don Ayuno el cual era su carcelero, le pide que lo acompañe a la misa del Domingo de Ramos. Es ahí donde don Carnal se corre y se va a la judería, en cuya carnicería le protegen y le dan un caballo para que huya al día siguiente a la sierra. A partir de su refugio don Carnal le envía una carta a
Bibliografía:
· Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, “El libro del buen Amor”, edición 26, 1987, Capitulo XI, Batalla entre don Carnal Y doña Quaresma.
· Jesus Callejo, “Fiestas sagradas (Sus orígenes, ritos y significado que perviven en la tradición de los pueblos)”. Editorial: Edaf.- Colección España Mágica Y Heterodoxa Nº 8.- 1999.-
· María del Mar Carrillo Ávalos, “La batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma”, Febrero 2009
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